viernes, 31 de enero de 2014

Novela

Cruda verdad
Chapter 6

Salí de ese sueño profundo y me levante, mire por la ventana y vi un nuevo mundo. Un nuevo mundo lleno de personas felices. Niños jugando en la calle, niñas saltando la soga. Un mundo en el que no hay más preocupaciones que el decidir a que más van a jugar. En fin un  mundo en el que yo quería estar, pero no podía. No podía porque no me permitía sentir felicidad, solo me permitía sentir coraje, rabia y decepción.
Quería tomar una ducha antes de salir y enfrentarme a las preguntas de mis padres, para tratar de limpiar los sentimientos que afloran en mi cuerpo.  Y lo hice y fue una de las cosas más reconfortantes, pues me repuse y me sentí más viva.
Salí de la habitación y me encontré con un olor magnifico, mi mamá cocino lasaña. Mi comida favorita. Dios bendiga a las madres que hacen todo lo posible por animar a sus hijos.
Me digne a bajar y hacer frente al cuestionario de mis padres. Pero cuál fue mi sorpresa cuando vi a mi hermana y a toda su familia sentada en la mesa.
-Dani- me dijo suspirando y mostrándome el dolor que tenía por mí.
No fui lo suficientemente fuerte para  sostener la mirada de mi hermana y comencé a llorar.
-No, Dani, por favor no hagas eso, no llores- me suplico mi hermana. Pero no fui capaz de detenerme y mi hermana me llevo de regreso al cuarto de donde había salido. Nos sentamos en la cama y llore todo lo que tenía que llorar. No sabría decirte exactamente cuánto llore, pero al levantar la vista me di cuenta de que el solo se estaba ocultando.
-Lo siento Mariana- me disculpe con mi hermana por mi comportamiento tan infantil.
-No Dani, no te disculpes, es normal que te pase esto. Ese maldito malnacido te hizo esto, pero él no se merece una lagrima mas ¿entendido?- me dijo mi hermana limpiándome una lagrima en mi mejilla.
-Gracias- fue lo único que dije, pero no hizo falta decir más. Ella me comprendía y yo se lo agradecía.
-Y ahora prepárate para bajar con mis papás. Tranquila- me dijo al ver mi cara de preocupación- no va a pasar nada, ellos están igual o más preocupados que yo por lo que paso.
-Está bien, vamos. Creo que puedo soportarlo. Ya se me acabaron las lágrimas.- Le dije y en ese momento bajamos a la cocina. Mis padres estaban esperándonos. Me pude percatar que mi cuñado- Charlie- se había llevado a los niños afuera. Tal vez era muy deprimente para que me vieran los niños.
-¿Cómo estas cariño?- me preguntó mi mamá rompiendo ese silencio incomodo al que estábamos sometidos.
-Bien, bueno eso creo.
-¿Necesitas que hagamos algo por ti pequeña?- me preguntó mi papá.
-No, bueno sí. ¿Podrían servirme un poco de lasaña?- pregunté y esboce una sonrisa sincera y esta vez llena de alegría porque estaba con  la gente que quería.
Mi papá sonrió, mi mamá sonrió y mi hermana también. Mira que bien estoy deshecha y puedo hacer reír a la gente, bien por mí.
Mi mamá me sirvió un poco de lasaña y un poco de Coca Cola-para que quede muy claro amo la Coca Cola- y se sentó enfrente de mí. De repente me sentí muy observada, levante la vista y encontré la razón. Todos estaban pendientes de lo que hacía.
-Encontré a David con otra mujer en mi cama-sí, lo solté así, sin importarme las palabras que usaba ni el efecto que podían tener.
Mi padre no lo soporto y mejor se salió al patio con mis sobrinos y mi cuñado, dejándonos a mi mamá y a mi hermana solas.
-Pero ¿Cómo lo descubriste?-me pregunto mi mamá
-Un día cualquiera entre en mi casa, todas las luces estaban encendidas y no había nadie en la planta de abajo. Ese día le había dicho a David que iba a llegar un poco tarde porque iba a haber una reunión. Al final la reunión se canceló y volví un poco antes a la casa. En fin subí a la habitación, abrí la puerta y ahí estaba David con la desconocida.
-¿La desconocida?- pregunto Mariana
-Así la bautice- me explique- pero bueno eso es lo que paso y ahora estoy aquí comiendo lasaña alrededor de dos mujeres que dicen ser mis familiares.
-No comiences Dani- me advirtió mi mamá.
-¿Y qué  piensas hacer?- me pregunto mi hermana
-Bueno, pienso contratar a un abogado, tengo un amigo en México que me puede ayudar, él se hará cargo del caso desde México y ya me informara de los avances. Bueno eso espero. Pero me gustaría pedirles algo- dije
-Lo que quieras- dijo mi mamá y mi hermana asintió, nunca había visto a mi hermana tan callada. Creo que le afecto un poco esto.
-Me preguntaba si e podría quedar aquí un tiempo, hasta que consiga trabajo-dije
-Claro que si hija eso no lo tienes que pedir, esta casa es tuya también-dijo mi mamá dándome un pequeño abrazo.
-Y esto me apena mucho pero también les tendría que pedir un poco de dinero, me salí de la casa sin ropa y sin dinero. Deje todo atrás. Pero les juro que si me prestan el dinero conseguiré pronto un empleo y les pagare el último centavo-dije
-No seas tonta, tienes el dinero, tienes la casa y lo más importante nos tienes a nosotras. Te vamos a ayudar en lo que quiera y en lo que podamos ¿está bien?- dijo mi hermana. Por fin habló.
-Gracias. Y ahora si me disculpan quiero ir a dar una vuelta para despejarme un poco. Necesito caminar después de esta charla ¿está bien?- dije
-Claro vete, despéjate todo lo que quieras y regresa cuando estés lista. Recuerda Dani que hoy va a ser el comienzo de una nueva vida- dijo mi mamá, y creo que no estaba consciente de que lo que dijo era la verdad más grande que alguien me  pudo decir.



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